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El siguiente artículo trata de por qué las mujeres deben ser más activas que los hombres. También explora los factores que influyen en estas diferencias.
¿Existen diferencias de género en la cantidad de actividad física que realizamos, o simplemente diferimos en nuestros índices de participación? ¿Existen otras razones que contribuyan a esta diferencia que analizaremos más adelante? Veamos algunos de estos factores.
La brecha de género en el nivel de actividad física
El porcentaje de mujeres físicamente inactivas es significativamente mayor que el de hombres. Según un estudio realizado por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) en 2013, más de 46% de los adultos estadounidenses se consideran "inactivos". Esta estadística muestra una brecha significativa al comparar el nivel de actividad entre géneros.
Según los CDC, sólo 15% de las niñas cumplen los niveles mínimos de actividad recomendados para su grupo de edad. Por término medio, los chicos y chicas del mismo grupo de edad tienden a tener niveles de actividad física ligeramente diferentes, siendo la mayoría de ellos inferior a 1 hora semanal. Más concretamente, 55% y 45% de chicos y chicas de 12 a 19 años, respectivamente, no alcanzan los niveles de actividad adecuados para su grupo de edad.
Esto significa que, en comparación, 24% de las chicas tienden a ser menos activas que los chicos.
Factores que influyen en las tasas de participación de hombres y mujeres
El principal factor que explica esta discrepancia en el porcentaje de mujeres y hombres, especialmente menores de 18 años, que se consideran inactivos es la falta de motivación entre ambos sexos. Una de las razones que pueden aducirse para explicar esta falta de motivación es la presión social percibida, que hace que los individuos sientan que tienen poco o ningún tiempo para participar en actividades físicas.
Sin embargo, otra razón común es que las mujeres consideran que no tienen suficiente energía o resistencia para hacer ejercicio con regularidad. Según un estudio, una quinta parte de las mujeres piensa que no tiene suficiente energía y resistencia para hacer ejercicio con regularidad. Estos resultados demuestran que el problema puede estar relacionado con la percepción que cada persona tiene de su propia capacidad para participar en actividades físicas.
Otro factor importante que influye en la diferencia de niveles de actividad física entre hombres y mujeres es el tipo de deporte que practican. Los hombres suelen practicar deportes como el boxeo, la natación, el tenis, el ciclismo, etc., mientras que las mujeres suelen preferir deportes como el golf, el senderismo, el baile, etc. También hay diferencias de género en el tiempo que las mujeres dedican a los juegos físicos. Las chicas tienden a ser jugadoras dedicadas que siempre están dispuestas a hacer un esfuerzo extra durante el tiempo de competición.
Ellas tienden a priorizar la diversión sobre la victoria, lo que puede conducir a una menor motivación y a una disminución de los índices de compromiso. Mientras tanto, los chicos tienden a ser más competitivos y a centrarse en terminar el juego antes de pasar a la siguiente ronda. Por lo tanto, es probable que los varones crean que la actividad física es para las proezas atléticas, mientras que las mujeres se centran más en la forma física.
Además de las razones mencionadas, algunos estudios sugieren que las mujeres pueden experimentar mayores barreras cuando intentan participar en deportes debido a las normas y expectativas sociales. Además, algunas investigaciones sugieren que los hombres que practican una actividad física tienen más probabilidades de recibir el apoyo de amigos o familiares. En conclusión, las mujeres suelen mostrarse más reacias a unirse a clubes deportivos o a participar en deportes, lo que podría explicar la disparidad observada entre géneros.
¿Qué puedes hacer si tu sexo tiene un acceso limitado al deporte?
La mejor manera de ayudar a combatir estas diferencias puede ser concienciando sobre la importancia de la actividad física y animando a ambos sexos a realizar actividades saludables que les gusten. De este modo, se podría reducir el número de personas que se consideran "inactivas". Además, la concienciación para animar a ambos sexos también puede incluir enseñar a los niños en las escuelas a realizar actividades físicas.
Educar también a los padres puede contribuir a que los niños sean más activos físicamente y tengan menos probabilidades de padecer sobrepeso. Por último, animar a todos los participantes a mantener un peso corporal saludable, sobre todo en torno a la mediana edad, puede ayudar a combatir el riesgo de desarrollar obesidad y los problemas de salud asociados, entre otros.
Conclusión
Está claro que, a pesar de las pruebas existentes que apoyan el hecho de que las mujeres tienden a ser más inactivas que los hombres, sigue habiendo varios factores que les impiden participar activamente en el deporte. Con los numerosos beneficios que ofrece la actividad física, es crucial que todos (especialmente los hombres) desempeñen un papel para ayudar a combatir esta discrepancia y mejorar los resultados generales en materia de salud.
